Nadie ha escrito
sobre el otoño
pensando
exclusivamente en él,
cuando sonríe
improvisado,
atravesando
distancia y paz,
llegando a
envolver mis esquinas,
con lo que no
sabe que tiene.
Que los años no
llegan solos,
pero siempre ha
sido un hombre bien.
Nunca he divisado
al invierno
como algo cercano
al romance,
pero el océano y
su lengua
son mi ideal de
compañía,
abrazándome en revelación,
mi nuevo mundo
ante sus ojos,
mientras, dos
mates con azúcar.
Así los astros
cumplen mi fe,
de escribir sobre
él en veranos.
Aldana Giménez
22/11/25

