7 abr 2020

SEMILLAS




Busqué desesperada un papel
incluso sabiendo que no me olvidaría
porque él ha sido lo que nunca esperé
acostumbrada a patear cenizas.

Tuve que ponerme a releer
porque, la verdad, no entendía
que él quisiera quedarse a ver
lo que crecía de la semilla.

Le conté una historia una vez
sobre cómo era que las estrellas se encendían
y él la guardó como un poder
que la vida le concedía.

Mírenme escribiéndole
como si así se asentara
todo el amor que quise esconder
por conservar mil fantasmas.

Ojalá mañana aún quiera volver,
me gusta pensar que tal vez se quedaría
a ver una película, o tres.
Amapola, buenos días. 


Aldana Michelle Giménez   

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